Agencia de Viajes es uno de los Laboratorios de Artes del Ministerio de Cultura de Colombia, desarrollado en el departamento de Sucre. Es un proyecto colaborativo y participativo que plantea alternativas de apropiación del patrimonio inmaterial mediante el reconocimiento espacial del entorno entendido como "cartografías urbanas", reflexiones sobre el turismo cultural, apropiación del espacio y procesos de creación artística.

domingo, 2 de octubre de 2011

Ruta Histórica de la Guerra de los Mil Días... Travesía Urbana Sincelejo

EL DIA MIL DE LA GUERRA DE LOS MIL DIAS
PRIMERA PARTE


Por Frank Acuña Castellar.
Septiembre de 2011.

Cuando se habla de la Guerra de los Mil Días, los colombianos traemos a la memoria de manera inmediata puntuales referencias como las Batallas de Peralonso y Palonegro, el Tratado de Neerlandia y Wisconsin y la separación de Panamá; episodios éstos, que aunque se relacionan invariablemente a este periodo de la historia, son simples y etéreos flashbacks producto de lo poco que se profundiza en las Instituciones Educativas cuando se enseña historia de Colombia; o, lo que el imaginario colectivo transmitido generacionalmente y a veces descontextualizado nos muestra. Sin embargo, fueron muchos los hechos relevantes en esta guerra que se mantienen inéditos; y a los que se les ha dado poca trascendencia histórica.

Las antiguas sabanas del Bolívar Grande y muchas de sus polvorientas, pero emergentes poblaciones de finales del Siglo XIX y principios del XX, se constituyeron en escenarios claves para el desarrollo de numerosos sucesos que definieron en gran medida el curso de esta guerra, -el apoyo decidido de fervientes liberales a Uribe Uribe y la obstinada postura de algunos conservadores seducidos por el establecimiento y su aparente halo de razón-; se convirtieron en determinantes hechos para definir y mantener una frágil coyuntura política que combinada con mezquinos y oscuros intereses de la clase dirigente, desembocó en una absurda confrontación militar.

Muchas poblaciones sabaneras se convirtieron en sitios de importancia táctica durante la guerra, pues su estratégica ubicación les permitía a los liberales atrincherarse y establecer centros de operaciones temporales. En jurisdicción de los otrora distritos de, Tolú, Sincelejo, Tolú Viejo, Sampués, Corozal, San Pedro, Sincé, Colosó y Los Palmitos, por ejemplo; se dieron importantes enfrentamientos; y gran parte del paisaje cultural de estas poblaciones (templos parroquiales, casas consistoriales, puentes y escuelas) se vio seriamente afectado por los combates y riñas guerrilleras. Incluso, el general Rafael Uribe Uribe y su acérrimo enemigo el general Pedro Nel Ospina se vieron envueltos en una épica persecución que desde Corozal hasta Lorica generó un interesante punto de inflexión en la historia de cada una de las poblaciones sabaneras que encontraron a su paso. Es más, durante los tres años de guerra, Uribe Uribe y sus perseguidores regresaron en más de una ocasión a estas poblaciones a redefinir, desde sus perspectivas, el curso de la guerra y la inclinación de sus habitantes hacia sus respectivos bandos.

La historia ha definido con claridad cuáles fueron las circunstancias por las cuales se inició la guerra y dónde se dieron los primeros levantamientos armados y escaramuzas bipartidistas, pero, la realidad de su final y los singulares acontecimientos que acompañaron sus postrimerías, aún continúan como especulaciones y mitos urbanos de poca credibilidad y persistente romanticismo provinciano.

El principio del fin de la Guerra de los Mil Días empieza cuando los insurrectos liberales en cabeza del general Uribe Uribe después de tres largos y desgastantes años de lucha, sin haber logrado su propósito de restablecer la democracia y devolverle la credibilidad al Estado; pero persuadidos por una propuesta del gobierno conservador de una mayor participación en la política nacional, deciden pactar la paz en la Hacienda Nerlandia a las afueras de la población de Ciénaga –Magdalena el 24 de octubre de 1902. Sin embargo, este episodio que es el que tradicionalmente se asocia con el fin de la guerra, estaría lejos de serlo realmente y en su absoluta dimensión; pues sólo hasta 28 días después se perfecciona y formaliza este Tratado en otra población del caribe colombiano con la última entrega de armas, salvoconductos y auxilios de marcha a los revolucionarios, en presencia del propio Rafael Uribe Uribe, muchos de sus generales y altos dignatarios del gobierno de Marroquín como el general Florentino Manjarrés quien era el representante de Juan B. Tovar -Gobernador y Jefe militar del Departamento de Bolívar.

Este interesante y desconocido hecho es en realidad el que pone fin a la Guerra de los Mil Días, pero no está registrado como tal en los libros de historia de Colombia, sino que permanece inédito para la gran mayoría de los colombianos e incluso para muchos historiadores y estudiosos de este singular periodo de la historia republicana del país….

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